El CFO 2.0: más que un simple Jefe de Finanzas

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El CFO 2.0: más que un simple Jefe de Finanzas

Hoy un CFO es más que un simple contador o jefe de finanzas.

Los retos que enfrentará este sector ya no se limitan al mundo de la economía, sino que deben mirar hacia otras áreas que antes no le competían.

Hoy en día el papel de CFO es uno de los más cotizados en el mercado debido a la gran evolución de la que ha gozado, tras el auge de nuevas tecnologías como la infraestructura TI y el Cloud Computing.

Por ejemplo, en una época altamente conectada a la red, un CFO debe convertirse en el investigador que halla oportunidades, el experto que detecta peligros en los mercados externos y el sabueso que encuentra nuevas formas de generar beneficios para su empresa.

Actualmente una compañía debe manejar grandes cantidades de información que, a su vez es compartida de manera masiva entre miles de empleados. Por eso es necesario que el CFO de hoy se concentre en adoptar nuevas tecnologías que le permitan hacer esto de manera segura y efectiva.

El ahorro de costos, más que una labor de simples matemáticas, ya combina los roles de CIO e investigador, lo que inyecta más dinamismo al puesto del CFO del que tuvo hace unos 10 o 15 años.

Si el CFO detecta problemas en la comunicación de sus empleados, le corresponde hallar nuevas herramientas que la mejoren. Esto, por otro lado, tiene como consecuencia un ahorro sustancial de recursos que bien podrían emplearse en, por ejemplo, el reforzamiento de la seguridad de los sistemas digitales existentes o su actualización.

Otro papel que debe asumir el ‘director de finanzas 2.0’ es el de monitor de los cambios regulatorios que no solo afectan al giro de la empresa para la cual trabaja, sino que también modifican y evolucionan los paradigmas financieros del mundo.

Con casos como la debacle de Enron en 2001 o la recesión financiera de 2008, los organismos económicos han impuesto cada vez más candados a los procesos de las empresas, así como a los de las industrias con las que tienen contacto, por lo cual el nuevo CFO debe volverse un experto en la investigación en línea con el fin de enterarse de lo que pasa en el mundo sin abandonar su oficina.

La seguridad, por otro lado, tampoco permanece en los procesos bancarios como los insumos y gastos, sino que ya compete a la de los sistemas basados en internet, generando así un nuevo reto, no solo de aprendizaje, sino de adopción de nuevos sistemas de protección contra cibercriminales y espías informáticos.

Como era de esperarse, no toda la responsabilidad recae en el CFO, sino en el equipo de expertos y consultores de los que se rodee para hacer frente a los cambios y amenazas de manera efectiva.

La era digital permite saltos cuánticos en el crecimiento de una empresa, pero también representa una nueva ola de retos que evolucionan el rol típico del CFO y lo convierten en un verdadero ‘todólogo’, en cuyos hombros descansa el buen funcionamiento y la muy necesaria evolución de una organización.

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